Charles Spence de la Universidad de Oxford, concluyó en un estudio como el packaging puede cambiar la percepción de los sabores a través de los sensoramas que recibimos de los envases así como del neuromarketing. Con lo anterior puntualizó algunos casos como:
-El café sabe más intenso, casi el doble, si se bebe en una taza blanca y no en un vaso de cristal.
-Una galleta parece más crujiente si se envuelve en un papel que parece tener una textura también crocante.
-El chocolate caliente sabe mucho mejor en una taza de color naranja o crema. Si se sirve en una taza blanca o roja, a pesar de que el contenido es similar, el sabor no parece tan agradable.
-El sabor a limón es mucho más intenso si viene en recipientes amarillos.
-Los refrescos en envases azules ayudan más efectivamente a saciar la sed, que los que vienen en envases de colores cálidos como el rojo o naranja.
La bioquímica, Sara Risch, fundadora del laboratorio “Ciencia por Diseño” realizó un estudio con el popular caso de por qué la Coca Cola sabe mejor en botella de vidrio y los resultados fueron los siguientes:
Plástico:Este material libera una molécula llamada acetaldehído que se traspasa a la bebida y hace que tenga un sabor más dulce.
Lata:El aluminio tiene un polímero que absorbe el azúcar del refresco, por lo que su sabor no es tan intenso.
Vidrio:Éste es un elemento neutro en el empaque, por lo que no altera en nada el sabor de la bebida, creando la sensación de que el refresco es más “rico y original”.